viernes, 13 de noviembre de 2009

PORTUGAL

Portugal. Estado de Europa meridional, que ocupa el sector occidental de la península Ibérica; 91.985 km2; 9.853.100 hab. Cap. Lisboa. Bañado por el océano Atlántico al O y al S, limita al N y al E con España. Comprende también los archipiélagos de Madeira y Azores.
Geografía física. El territorio portugués corresponde geomorfológicamente a la extremidad occidental del antiguo zócalo de la Meseta ibérica, constituido por rocas graníticas sobre las cuales se superponen las formaciones sedimentarias del mesozoico y del cenozoico. La morfología del país no es uniforme, sino que presenta una sucesión de dorsales montañosas, de terrazas de colinas y de llanuras que descienden desde los márgenes del altiplano español hacia el Atlántico. El Tajo separa la parte septentrional montañosa del Portugal central y meridional, esencialmente llano. En el N, el zócalo se levanta bruscamente en relieves que son prolongación del macizo Galaico y de la cordillera Central Ibérica (serra da Estrela, 1.991 m de alt.). El río Duero atraviesa esta parte septentrional en un valle profundamente encajado. Al S del Tajo se extienden unas mesetas bajas, en continuidad con las superficies de erosión de la Meseta meridional. Destaca la vasta meseta del Alentejo, rodeada al S por las elevaciones del Algarve, dominadas por la costa de Monchique (902 m de alt.). La costa portuguesa es generalmente rectilínea y poco recortada. Vierten sus aguas en el Atlántico, además de los grandes ríos nacidos en España (Miño, Duero, Tajo y Guadiana), otros ríos secundarios totalmente portugueses, entre ellos el Vouga y el Mondego. El conjunto de Portugal está situado en la zona climática mediterránea con influencia atlántica. De N a S las temperaturas aumentan, mientras que las precipitaciones disminuyen hasta la aridez . Así, mientras Oporto presenta unas medias anuales de 14 oC y 1.160 mm, en Faro son de 17,3 oC y 400 mm. El interior se ve afectado por la continentalidad, con inviernos muy marcados en Tras-os-Montes. Por lo que se refiere a la vegetación, en el NO húmedo se distribuyen el alcornoque y el roble lusitano. En el S crece una garriga con coscojas y una maquia de cistáceas.
Geografía humana. Portugal presenta una densidad media de población bastante elevada (107 hab./km 2), con marcadas diferencias regionales. Aparte de las regiones urbanizadas de Lisboa (donde se concentra más del 15 % de la población portuguesa) y de Oporto, las densidades más importantes se dan en el N (Braga, Viana de Castelao), en el centro (Aveiro, Coimbra, Leiria) y en las islas Madeira y Azores. En el S (Alentejo y Algarve) existen densidades más bajas. Todavía dos terceras partes de la población portuguesa viven en el campo. Aparte de Lisboa, sólo existe una ciudad, Oporto, que supere los 100.000 hab.

Geografía económica. La agricultura ocupa al 14,9 % de la población activa. Tradicionalmente ha existido un contraste entre el N, donde predomina la pequeña propiedad y los cultivos a base de maíz, patatas, vid y la cría de bovinos, y el Alentejo, dominado por las grandes explotaciones de cereales (trigo) y la ganadería porcina y ovina. La reforma agraria iniciada al comienzo de la revolución de abril de 1974 se vio paralizada posteriormente. En el Algarve, el clima permite los cultivos de frutas (higos, almendras, naranjas) y hortalizas (patatas). En todo caso, el país necesita recurrir a la importación de productos alimenticios para satisfacer sus necesidades. La pesca, junto con las actividades vinculadas a ella ( industria conservera), sigue siendo un importante recurso para el país (sardina, atún, anchoa y mariscos). Tras el ingreso de Portugal en la UE, recibe subvenciones para la modernización de su flota. Los recursos mineros son reducidos (piritas, antracita, caolín, estaño, mármol). De hecho, el país se ve obligado a importar el 90 % de su consumo de energía. Dentro de la industria destaca el sector manufacturero, alcanzando un gran dinamismo el textil, la confección y el calzado. También tienen notable importancia las industrias papelera, del corcho, maderera, de la cerámica y de vidrio. Los capitales extranjeros han favorecido el desarrollo de las industrias química, electrónica y mecánica (montaje de automóviles, construcciones navales). También es pujante el sector de la construcción (fábricas de cemento). En cambio, es poco importante la industria pesada. El turismo y las remesas de los emigrantes contribuyen a compensar el déficit de la balanza comercial. Como consecuencia de la fragilidad de la economía, los portugueses tienen el índice de nivel de vida más bajo de la Europa occidental, pero se sitúan muy por delante de los países de la Europa oriental.

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